Un concepto: barcopijo.com

Una de las cosas que más odio de ir con gente “novata” o no habitual en el barco es tener todos los cabos, escotas, drizas, etc. de color negro. La verdad es que como concepto estético es muy chulo, pero cuando a un profano le dices: “caza escota del génova” o “tensa un poco más la driza de la mayor” y todos los cabos a bordo son iguales, me  suele mirar con cara de: “¿Cual? ¿El negro?”. Continuar leyendo “Un concepto: barcopijo.com”

¿Tripulación suplente o “mercenarios”? (||)

Ayer hablaba de cómo haría para conseguir una tripulación para participar el próximo 25 de Enero en una regata que en teoría organiza el Real Club de Mar de Aguete. Estaba entre dos alternativas: amigos o mercenarios, y ya he encontrado una solución: he llamado a mi primo Miguel y a su novia Reyes, a quienes les encanta el tema de navegar, y aunque novia son avezados regatistas si son gente dispuesta y de los que no protestan ni lo más mínimo a la hora de tener que currar a bordo. Además, recientemente me regalaron una caja de cervezas Peregrina (la cerveza oficial de mi barco). Entre ellos y mi cuñado, miembro de la tripulación “titular” creo que estaré más que cubierto durante la regata. Además, Reyes es una excelente pescadora, por lo que aunque no ganemos y acabemos últimos como siempre, puede que nos volvamos con un buen cubo de “peixe”. Hablé con ellos para ofrecérselo, indicándoles además que por favor si me decían que sí, luego no se podían echar atrás, les avisé de que podía llover, podía hacer frío, etc. aunque también les avisé que si el mar estaba muy pasado no participaríamos. En principio les gustó la idea, y están pendientes de confirmar. Si al final no pueden, se impondrá la opción “mercenarios”. Tendré que ir preparando un argumentario adecuado para hacer el ofrecimiento, aunque creo que con este artículo, el anterior y poca cosa más me llegará.

¿Tripulación suplente o “mercenarios”?

Creo que ya he comentado alguna vez en este blog que me encanta participar en regatas. Hasta la fecha, en todas en las que he participado, salvo en dos excepciones, una de ellas con una viento y clase a medida del Puma 23, siempre he quedado último, pero eso no hace que dejen de gustarme, de hecho, me gusta ver la evolución de los tiempos que me sacan los demás barcos, y cuando decrece me siento como Frank Cammas o Paul Cayard.

Tras los disgustos producidos por los múltiples plantones sufridos el año pasado, estoy bastante contento, pues he conseguido disponer de una tripulación más o menos fija en las últimas pruebas, cosa que me encanta, pues son gente comprometida, que sabe a lo que viene y a lo que no viene, es decir, sabe lo que hay en una regata.

La próxima prueba en la que seguramente participe, si es que no hay modificaciones al calendario de regatas publicado por la Federación Gallega de Vela, será el 25 de Enero, en la Regata Pinturas Internacional organizada por el Real Club de Mar de Aguete, aunque está todo en el aire pues para esta prueba me surge un problema: dos de mis tres tripulantes ya me han anunciado que en dicha fecha estarán de viaje, por lo que me veo en una disyuntiva: buscar una tripulación suplente de amigos, que estoy convencido al 99% que llegado el día me van a fallar y dejar tirado, o recurrir a Internet para buscar dos tripulantes experimentados con mono de navegar, que estén dispuestos a ponerse a las órdenes de un novato, que quiere aprender.

Opción 1: Reclutar entre los amigos.

Como decía en una artículo del año pasado, “Ya me llevarás” es la frase que más he escuchado desde que soy armador, seguida por un conjunto del frases de última hora del tipo: “es que no puedo ir porque…”. Como decía entonces, en alguna ocasión, incluso he llegado a notar un sentimiento de rechazo, aunque cada vez me afecta menos en ese sentido, ya que se lo que hay; además, ya procuro yo no verme en esas situaciones, ya que me afectan bastante.

Opción 2: Reclutar “mercenarios”

Primero de todo quisiera aclarar que el uso de la palabra “mercenarios” es totalmente coloquial, no quisiera que nadie se sintiese ofendido, aunque creo que habría que ser muy susceptible para hacerlo. En los distintos foros de Internet en los que brujuleo de vez en cuando siempre hay una “Bolsa de navegantes”, gente sin barco a su disposición que se ofrecen para navegar si alguien les lleva. En este caso me gustaría que fuera gente que hubiese competido, que tuviera cierta experiencia en regatas costeras, y que aceptase venirse en un barco que aunque es duro, es viejo y no lo quiero llevar al límite, que estuviera dispuesto a hacer una labor didáctica conmigo, que se adaptase a “lo que hay”, y sobretodo que tenga paciencia con mis manías.

La verdad es que me gustan las dos opciones, aunque se cómo va a acabar la primera, y no se cómo saldrá la segunda. La verdad, a día de hoy me tira más la segunda opción, me la pide más el cuerpo, aunque tendré que exponerles bien lo que hay, porque sobre todo, lo que quiero es aprender de ellos. No quisiera que nadie se sintiera engañado.

No sé, tengo unos días para decidirlo. Lo consultaré con la almiranta a ver qué me dice, aunque me puedo imaginar muy bien su respuesta tras sufrir como me afectaron anteriores plantones.

Malos tripulantes: Fumadores y Almirantas

De todas las personas que se han subido al barco, he de decir que los peores tripulantes son algunos fumadores y la almiranta.
Tienen el don de encender un cigarrillo cuando algo va a suceder, y luego encima se quejan de que sólo se les piden cosas cuando fuman. ¿No será que están fumando todo el rato? Para evitar ataques de fumadores acérrimos, he de decir que, yo soy ex-fumador arrepentido, y reconozco que esto del aire puro del mar es malisimo para el tabaco, por lo que trato de ser comprensivo, pero tengo dos claros ejemplos:el 
El más claro ejemplo de fumador con el don de la oportunidad es mi amigo Pluto; tiene, como ya he explicado el don de encender un cigarrillo segundos antes de que algo suceda, además, por supuesto, y según un extraño razonamiento suyo, no puede hacer nada mientras se fuma, cosa que puedo entender desde que entró en vigor la ley ZP anti-tabaco y el precio del mismo no hace más que subir, por eso lo de arrepentido, pero ese es otro tema. El caso es que además se indigna si se le pide algo tras encender un cigarrillo; por suerte a los amigos se les permite eso y mucho más… bueno, mucho más no (no vaya a ser). En el extremo contrario tengo una amiga que es capaz de irse a proa a soltar un cabo, o recoger una línea repleta de caballas con su cigarrillo en la boca sin protestar ni lo más mínimo… Las comparaciones son odiosas, pero es lo que hay.
Pero el peor tripulante con diferencia, mucha diferencia, es mi almiranta. Ante la orden de hacer cualquier cosa, el 90% de las veces la respuesta es: “¿Y tiene que ser ahora?”. Como la respuesta siempre es la misma entonces yo me cabreo y contesto con un “Claro!, te he dicho ‘caza ese cabo’, eso quiere decir que quiero que caces ese cabo, sino hubiese dicho ‘caza ese cabo cuando veas’ o ‘caza ese cabo dentro de 3 minutos'”. Evidentemente mi respuesta no sienta bien y se lía. El otro 10% de las veces la respuesta es mucho más indignante y se limita a un “¿No puedes hacerlo tú? Es que ahora estoy muy cómoda”. Llegados a ese punto a mi ya me hierve la sangre y suele finalizar la conversación con un lacónico “por estas cosas cosas me gusta navegar solo” mío y una virada hacia puerto.
Aún así, me quedo con la frase lapidaria pronunciada un día en el que se levantó un fuerte mar de viento: “Carlos, estás haciendo algo mal, porque me estoy mojando”
Nota: Se que este artículo sigue a una declaración de intenciones mía, pero he decidido saltármela ya con el primer artículo ¿por qué? Pues porque este blog es mío y lo patroneo yo.