Operación Escoteros (I)

Primer intento: fracaso total

El pasado viernes por la tarde, con toda la ilusión del mundo me personé en el barco con mis flamantes nuevos escoteros. La primera medida, y conociendome, considero que muy acertada, fue atar cada uno de los escoteros con un cabito a una cornamusa y de esa manera evitar que me cayeran y se fueran al santuario de objetos metálicos que una y otra vez insisto en crear bajo el barco. Continuar leyendo “Operación Escoteros (I)”

Los escoteros encajan

Estoy bastante contento, los escoteros encajan a la perfección. Dado que los escoteros fueron comprados “aquí te pillo, aquí te mato”, debido a su realmente bajo precio, un 50% del precio habitual de unos Barton en el Reino Unido, donde por algún motivo que no alcanzo a entender, son mucho más baratos que en España; tenía miedo de que no encajaran a la perfección en los carriles del Peregrina, pues a pesar de que en el anuncio decían 25mm x 4mm, osea un carril T25 típico, no estaba seguro,  así que hoy, antes de volver a casa, paré un momento en el barco para comprobar que valían, y sí, valen, estoy contentísimo.

Ahora queda quitar los antiguos y poner los nuevos, pero esa es otra batalla, acabaré teniendo que taladrar los pistones antiguos para quitarlos, pues las corrientes galvánicas, el aluminio, el acero inoxidable y el pasar del tiempo son mala cosa para piezas móviles. Prometo artículo con las peripecias.

El Almirantazgo: “No todo va a ser regatear”

La vida del Peregrina es una batalla continua entre lo que su armador quiere y lo que su “almiranta” exige, y dado que recientemente me he hecho con unos maravillosos escoteros, detrás de los cuales llevaba tiempo, me parece que me toca atender a los requerimientos del almirantazgo. En su lista está: volver a poner la mesa interior, llevar las colchonetas al barco, arreglar los marcos de los metrcrilatos del camarote y volver a tener mesa para la bañera del barco. Continuar leyendo “El Almirantazgo: “No todo va a ser regatear””

En el dique seco

Cuando ya casi se ha cumplido un año de que el barco está de nuevo en el agua con su flamante nueva arboladoura ha llegado el momento de hacer balance. Digo hacer balance porque otra cosa no puedo hacer: me han operado del menisco el pasado 25 de enero y estoy en el dique seco, viendo por la ventana de mi habitación en la ensenada de La Lanzada, un mar perfecto para ir a navegar mientras me aburro aquí aparcado en casa, y digo aparcado porque no me dejan conducir por ahora, paso las horas frente al ordenador escribiendo chorradas en este blog o haciendo rehabilitación con unos pedales de ortopedia y unas cintas elásticas para hacer estiramientos. Aún así, mantengo la esperanza de que la semana que viene pueda pedir el alta, pues la cosa parece que va avanzando, y el 17 de Febrero se celebra la regata de Portonovo de la 4ª Regata Interclubes Ría de Pontevedra, osea, que juego en casa. Una vez que ya me he ido por los cerros de Úbeda, como es habitual en mi, retomo el artículo: vamos a hacer balance. Continuar leyendo “En el dique seco”