Ayer cambié de puerto. Sí, tras 9 meses de atraque en el Puerto Juan Carlos I de Sangenjo (buscando bullita), llegó mi fin de ciclo en dicho puerto con un mes de propina, pues mi fecha de caducidad inicial estaba fijada para el 31 de Mayo.
En un principio, el plan era petrechar el barco a primera hora de la mañana e ir a pasar el día a Aldán, pero imponderables familiares impidieron llevar a la práctica el plan original, por lo que al final me vi de nuevo con las peques en la playa de Burato da Londra, donde tienen a los “amigüitos” con dolor en los brazos en cada brazada al nadar: ese era el motivo de querer ir a Aldán.
Por la tarde todo se normalizó y con la almiranta y las grumetes nos fuimos para el puerto nuevo, curiosamente en Portonovo donde dejamos un coche, y con el otro fuimos a Sangenjo para trasladar de puerto el barco. Dado que hacía una tarde estupenda fuimos hasta Canelas donde al echar el ancla para fondear partió la otra bisagra de inox, del bueno bueno, por supuesto, del pozo del ancla quedando de nuevo la tapa del mismo suelta, así que tengo una nueva tarea que vuelve a la lista de cosas pendientes de hacer, lo que pasa es que me da una pereza terrible, y más con este calorazo que está haciendo.
Tras nuestro haraganeo en la Playa de Canelas, no sin su tonificante baño, por supuesto, y hartos de los túzaros de los tractores que no hacían más que molestar haciendo olas y provocando que nuesta estancia no fuera tan agradable, decidimos levar ancla y encaminarnos a vela hacia Portonovo. Fue una corta travesía y cómoda para las peques, pues había poco viento y el barco no escoraba. Entramos en puerto sobre las 19’30 y tras comunicar por radio, nos dijeron que nos esperaban y nos dieron una plaza que en principio me pareció estupenda, tuve la impresión de que podría ver el barco desde la web de la Televisión de Galicia a través de una de sus webcams.
Pero no todo fueron buenas noticias: el fínguer me pareció pequeño, más corto que el de Sangenjo, y eso que también era una plaza de 8 metros, y la toma de corriente y de agua están muy lejos, tendré que renovar mi cable de alimentación, pues es demasiado corto, necesitaré aumentarlo por lo menos en 6 o 7 metros, pero bueno, que todos los problemas sean esos. Un problema más grande es que no tienen tarjetas de acceso al aparcamiento, pero que en cuanto las tengan me la darán, que mientras tanto puedo llamar al timbre o avisar por teléfono. En fin, que ahora: a disfrutar del nuevo puerto o Puertonuevo (me estoy liando): a disfrutar del puerto nuevo de Portonovo… o algo así.