Mitos de la Náutica de Recreo (IV): “El mantenimiento”

Que “el mantenimiento de un barco es caro” es otro mito, aunque en este sólo lo es a medias. El mantenimiento de un barco es caro si somos incapaces de “mancharnos las manos”.

Un armador incapaz de apretar una simple tuerca y que todo lo encarga a una empresa de servicios náuticos, evidentemente pagará una buena factura, ni se lo imagina, pues este tipo de empresas no se suelen cortar un pelo a la hora de facturar, ya que creen a pies juntillas el mito de “Si tienes barco es porque eres rico” pero si está dispuesto a sacrificar algún día de navegación para hacer reparaciones o mejoras personalmente, la cosa cambia mucho.

Es muy importante tener en cuenta que a la hora de mantener una embarcación es que tiempo/persona = dinero. Por esto, si decidimos lijar las maderas de nuestro barco y aplicarles el tratamiento adecuado, deberemos tener en cuenta solo el coste de los productos necesarios porque  el precio de tiempo/persona por hora es de 0 €,, salvo que estemos usando tiempo de nuestro trabajo, claro, el ahorro será considerable frente a encargarlo a un profesional que nos va a facturar menos tiempo del que nos llevaría a nosotros pero bastante por encima de los 0 €.

A quien no quiero dejar de referirme en este artículo es a las empresas, y a las de servicios náuticos en particular, marinas, etc. Los precios de las tareas o productos, multiplican sus precios en cuando mencionas las palabras “para un barco”. Caer en trampas tipo “Inox del bueno, bueno“, es tremendamente fácil cuando entras por primera vez en este mundillo. Una bombilla led para el interior de un camarote puede oscilar entre poco más de 3 euros y 12 dependiendo de dónde la compres. En mi reciente compra de un Compás para el barco me he encontrado precios entre 139 y 190 euros para un mismo producto dentro del mismo pueblo (no hablo siquiera de una ciudad).

De lo que no nos libramos es del amarre, y esto sí que es caro, en algunas zonas prohibitivo, pero como ya he dicho más de una vez, en la vida todo es cuestión de prioridades. En mi caso, el haber dejado de fumar y el dejar de estar suscrito a una revista me han sufragado el amarre. (Condiciones del almirantazgo, con el que las negociaciones fueron duras para convencerla que me dejara comprar un barco). Las administraciones públicas deberían revisar el modelo bajo el que se construyen las instalaciones nauticas. ¿Se imagina vd. lector que se construyese una piscina pública o un pabellón polideportivo que tuviese su propio reglamento de policía, tasas de utilización G5/X5 y criterios de rentabilidad como los de un puerto deportivo? ¿Acaso no son imstalaciones ambas para fomentar el deporte entre la población? En fin, esta última reflexión seguramente sea el germen de un nuevo artículo.

Mitos de la Náutica de Recreo (III): Si tienes barco es porque eres rico

Este es un mito que particularmente me pone malo. La gente en general, en cuanto comentas que tienes un barco automáticamente te cataloga como rico o acaudalado. Como se nota, que en todos los casos no saben ni de qué hablan, ni qué supone tener un barco, ni de qué barco se posee y en qué condiciones se mantiene.

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Mitos de la Náutica de Recreo (II): “La Compra”

Una de las cosas que odio es que asocien el tener un barco con estar forrado. Yo tengo un barco y no estoy forrado. No hay medias tintas en esto, para la gente en general, si tienes un barco es porque te sobra el dinero. Eso mismo podría yo pensar de aquel que se va de viaje una o dos veces al año, el que tiene una segunda residencia, el que tiene un coche de lujo, etc.

Comprar un barco no tiene por qué ser necesariamente caro. Evidentemente no está al alcance de todo el mundo, pero sí de cualquiera con una nómina media, eso sí, asumiendo los sacrificios necesarios. Recuerdo muy bien el anuncio del Citroen AX en el que aparecía remolcando un velero en su remolque y que tenía el eslogan: ‘Para los que no se quieren gastar todo el dinero en su coche’.

Hoy en día es perfectamente posible adquirir un barco a un precio más que razonable, evidentemente no estoy hablando de un barco de 11 metros y con dos años de antigüedad, pero sí un 7 metros con unos cuantos añitos, por ejemplo, es decir, por un precio inferior a lo que un Seat Ibiza nos costaría. Si alguien no me cree, puede ver los resultados que aparecen en estos anuncios y en estos, aunque hay muchos más por ahí adelante.

En mi caso, mi Pumita no llegó a los 6.000 euros puesto en el agua aquí, en Galicia, y eso que vino desde Tarragona. (Conste que en todos los casos estoy hablando de barcos que están listos para salir a navegar desde el primer día con todo su equipamiento obligatorio y papeleo en regla, por supuesto).

Luego, tras la compra viene el tema del mantenimiento, y en él algún mito hay también, pero dejaremos eso para otra ocasión.

Mitos de la Náutica de Recreo (I): “Inox del bueno bueno”

Soy una persona con bastante facilidad para iniciar artículos en este y otros blog en los que escribo, pero acabarlos, a veces, me cuesta muchísimo. De hecho esa es una constante en mi vida, de la que en absoluto me siento orgulloso. Me cuesta acabar todo lo que emprendo en general.

El pasado fin de semana escribí un artículo titulado Los barcos son para el verano en el que se aprecia claramente que es cierto lo que comento en el primer párrafo, por lo que quisiera utilizar la serie de artículos que empiezo con este, para profundizar en ese y otros mitos de la náutica de recreo, todos ellos basados en mi experiencia personal, por supuesto. Pero vayamos al grano:
Inox del Bueno Bueno:

Esa será la justificación que te darán siempre en una náutica para cobrarte 60 euros por un grillete giratorio estilo este:

Yo mismo me he visto en esa situación: “Es que es inox del bueno bueno, este durará siempre, por eso cuesta 54 Euros”… Al final lo compré en otro sitio por 4,50 Euros sin que fuera “inox del bueno bueno”, pero sí inox, y suponiendo que me dure 1 año, que va a durar más, podría comprar 1 al año durante 11 años, justo para cuando mi barco cumpliera 46 añitos podría decidir si el siguiente comprarlo de “inox del bueno bueno” o seguir con los de 4,50.