¿Y ahora qué?
En esta tesitura me encuentro: ¿Y ahora qué? Llevo todo el invierno haciéndole cositas a la amante; no me interprete mal el suspicaz lector, no hablo de nada reprobable. El perspicaz lector que es usted sabe que me refiero a mi amado barco: la amante es la Peregrina.
Como decía, llevo todo el invierno haciéndole pequeñas reparaciones y mejoras al barco, y la verdad es que se me están acabando, lo que queda por hacer requiere ya sacar el barco a tierra, gastar pasta, que en este momento no quiero, o que vengan varios días buenos, bueno, o al menos uno bueno para una de las cosas.
¿Qué me queda por hacer? Pues enumeremos:
- Tratar la madera de la regala: La idea es darle lasur, que queda muy bien, y renovar el sellado con sika. Recientemente le di aceite de teca y no duró nada.
- Desmontar metacrilatos de estribor para sellarlos adecuadamente y que dejen de gotear por dentro.
- Restaurar los marcos de madera interiores (para esto necesito ayuda, y mucha).
- Pulir los metacrilatos con limpiametales.
- Instalar la segunda batería de una puñetera vez.
- Vaciar el depósito para llenarlo de nuevo y tratar el agua con lejia o cloro para que pueda permanecer almacenada algún tiempo.
- Cambiar aceite al motor.
- Dar patente
- Pulir obra muerta
- Sellar grifos de fondo
Haraganeando
“Después esta el otro haragán, el haragán a pesar suyo, que vive roído internamente por un gran deseo de acción, que no hace nada porque vive en la imposibilidad de hacerlo, puesto que esta como preso en alguna cosa, porque no tiene lo q necesitaría para ser productivo, porque la fatalidad de las circunstancias lo reduce a ese punto”
Vincent Van Gogh
Si por lo menos aflojara un poco la lluvia un rato, podría ir hasta el barco con las herramientas, meterme dentro y revisar el depósito de agua, limpiar, etc, tengo un porrón de cosas para hacer dentro. No pido que pare y se despeje el cielo, sólo pido una hora de pausa para poder instalarme…