Hacía tiempo que tenía ganas de instalar una red para el guardamancebos del barco, y buscar una solución al tener que pegar las odiosas pegatinas de las regatas en la obra muerta del barco. He instalado una red de guardamancebos. Además, también un invento para decir adiós a las pegatinas de las regatas en el casco.
Continuar leyendo “Red para el guardamancebos y pegatinas de las regatas”En el dique seco = obras
De nuevo en el dique seco
De nuevo me encuentro en el dique seco, y esta vez por problemas de salud no planificados. La verdad es que quizá tenga que replantearme el tema de las regatas. No es que me plantee dejar de acudir a las mismas, pero seguramente sí participe con menor intensidad. Se que no se me echaría demasiado de menos, pues como ya he dicho muchas veces el Peregrina no es un barco competitivo, pero yo sí que lo echaría mucho de menos: el ambiente que se respira en ellas, la posibilidad de conocer y relacionarme con más gente que ama el mar y el deporte de la vela… En fin, tampoco quiero ponerme demasiado filosófico. Continuar leyendo “En el dique seco = obras”
Mi segunda pelea con la sika tras la vuelta al mar
laminado interior, chapa de madera embellecedora).
Como se puede apreciar el montaje no es complicado, no así el tratar con el polímero ese de los c**** que es como la sika o peor. El primer paso fue preparar las maderas el día anterior; con una lija se mataron los cantos y se dejó suavecita para luego aplicarle 3 capas de lasur entre cuyas aplicaciones se pasó una lija fina.
mejor quitar el excedente de polímero con un cuchillo cuando haya secado.
Se que el lector estará deseoso de que ponga una foto del desastre de babor, pero no, no lo voy a poner, que uno tiene su ego también. Y quizá más adelante, explique cual fue mi primera pelea con la sika desde la vuelta del barco al agua.
Capítulo nuevo en mi relación de amor-odio con la Sika.
¡Menudo pastiche monté ayer en el barco con la Sika! Pero por lo menos esta vez no tengo la culpa del todo. Compré un bote de Sika de los pequeños, que debía llevar tiempo en la tienda o estar defectuoso, porque la parte de arriba del mismo estaba ya curado. Aún así, con ayuda de un destornillador consegí abrir un hueco en el mismo y comencé a aplicarlo en la zona donde quería pegar la mordaza que arreglé el otro día (ya escribiré un artículo acerca de ello). El caso es que como siempre en la vida, las desgracias suceden en una milésima de segundo: allí estaba yo, más feliz que un piojo agarrado a un pelo, aplicando la sika cuando repentinamente el bote reventó: cubierta, manos, mordaza todo pringado de la mierda blanca esa que es la sika… Acabé el trabajo como pude, pero quedó una guarrada que a ver cómo hago para dejarlo mínimamente digno. Para colmo, no creo que la Sika 291, que fue la que me juraron y perjuraron que era la adecuada para lo que quería usar sirva para fijar la mordaza, por mucho tornillo que lleve, sigo pensando que debía haber usado la 292, ya que es una pieza que se va a fijar a cubierta y debe soportar esfuerzos mecánicos, y que de hecho es la que pedí originalmente. En fin, hoy iré por el barco de nuevo a ver qué c…… me encuentro.
Reflexiones acerca de las tostadas, la mantequilla y la gravedad
Desmontando un winche, y luego otro

Necesitaba comprar material de recambio, así que fuí a Eolo Sanxenxo, donde siempre me tratan bien a pesar de aparecer siempre con cosas muy viejas y rotas. Demontamos los “gatillos” y limpiamos todas las piezas con Sadira Centauro y alcohol de quemar con ayuda de un cepillo de dientes. Finalmente aclaramos todo con agua.