Balance de tres semanas en Portonovo
Ya llevo más de tres semanas teniendo el puerto de Portonovo como puerto base del cascarón, y he de decir que por ahora el balance es de lo más positivo, aunque claro, siempre hay una pega. He de decir que hasta ahora me han tratado de fábula, los marineros son tremendamente atentos y amigables, no como en otro puerto, muy, pero que muy cercano, donde para hablar con alguno de los marineros, parece que haya que enviar una instancia por triplicado.
Incialmente las únicas pegas que puse fueron la distancia a la que se encontraba la torreta con las tómas de agua y de electricidad, y la longitud del finguer.
La primera de las pegas, ya la he solventado; la manguera daba de sobra para llegar a cualquier esquina del barco, pero mi cable para llevar los 220V al barco era un poquito corto de más, así que le añadí una prolongación de 4 metros que soluciona el problema.
La otra pega no tiene solución, bueno, sí, acostumbrarse. Pero no quisiera mencionar este punto sin dejar constancia de la sensación de ser alguien importante con que me quedé el pasado sábado, cuando el Presidente de Club Náutico de Portonovo: Javier Ruiz de Cortazar, en persona vino en persona hasta mi plaza de amarre, para preguntarme acerca de mi satisfacción con la plaza de amarre, y explicarme la disposición de las torretas de agua y luz, las longitudes de los finguers, que al parecer es una cuestión de modas en la construcción de puertos deportivos: según me contó, hasta una fecha determinada, me la dijo pero no la recuerdo, se hacían de una longitud determinada, y a partir dicha fecha, se hacen de otra. La verdad es que me quedé asombrado por esta deferencia hacia mi, y si bien no se si lo hace con todo el mundo o no, pero prefiero pensar que no, así alimento mi ego, que también necesita combustible a veces. Bromas a parte, llegaba a puerto con un familiar, su novia y unos amigos de ellos, y como se diría coloquialmente: quedé de jefé pa arriba.
Otra cosa buena, no como en otras instalaciones más al norte, ellos sabrán por qué, pude hacerle el mantenimiento al barco yo mismo en persona, y es que para los armadores de todo a 100, para los que poseer un barco y disfrutar de esta afición es un verdadero sacrificio, el poder realizar las tareas de marina seca en persona suponen un gran ahorro, y un factor determinante a la hora de elegir puerto base.
En resumen, por ahora el Puerto Deportivo de Portonovo: un 9 sobre 10, estoy encantado y se lo recomiendo a todo el mundo.