bricolaje

Creo que este es el inicio de una bella amistad… ¡que va!

“Creo que este es el inicio de una bella amistad” decía el Capitan Renaud, prefecto de policía de Casablanca al final de la homónima película de Michael Curtiz; y esto mismo digo yo hoy tras la prueba que he hecho con un poco de mi amado Sikaflex 291.
Evidentemente, uno es guapo, listo, ocurrente, etc. pero también uno es consciente de que tampoco va a inventar nada que no se le haya ocurrido a alguien antes; aún así, me he llevado una pequeña decepción al ver que no inventaba nada.
Comentaba ayer: “tenía pensado hacer una prueba con mi enemigo el Sikaflex 291”, cosa que no pude hacer pues parecía que iba a empezar a llover y no hacía mucho que acababa de hacerlo. Hoy por el contrario, estaba todo sequito, por lo que me fui para el barco con mi espátula, mi pistola de Sikaflex, mi guante de goma, mi lija… bueno, con la caja de herramientas, que así no tengo que nombrar las herramientas una a una.
La idea genial que había tenido era la de encintar antes de dar el Sikaflex (si cuando digo yo que soy guapo, listo y ocurrente…). Bueno, pues tras un par de búsquedas rápidas por internet, he visto que es el ABC del aplicar Sikaflex. En cualquier caso, no me ha echado para atrás, al contrario, me ha animado. 
El resultado no es que sea como para presumir, pero es un 9 comparado con los desastres del conector del palo o del reloj de la corredera.

Aún voy a acabar llevándome bien con la Sika… no, no lo creo, es un potingue demasiado pringoso. Aunque el Sikaflex 291 es una coña marinera al lado del 295 UV negro, ese es un producto de Satán, es la cosa que más pringa y mancha del mundo.

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