Mitos de la Náutica de Recreo (III): Si tienes barco es porque eres rico

He de decir que ni de lejos soy rico, ni siquiera acaudalado, aunque sí, llego a fin de mes, cada vez con más dificultades, pero llego, cosa que en los tiempos que corren es todo un lujo; poco tengo que ver con la mayoría de mis compañeros de pantalán. Sí, esos que ven mi barco de 35 años con una extraña sonrisa en su cara. Evidentemente reconozco que el poseer un barco no está al alcance de todo el mundo, al igual que tampoco lo está el ir de vacaciones a la playa todos los años o tener determinado coche, pero sí está al alcance de mucha más gente de la que lo tiene. Puedo decir, que conozco más de un caso a parte del mío, en el que los armadores de barcos no son precisamente ricos. Como ya he dicho más de una vez: es cuestión de prioridades.
Lo que me entristece es que por mucho que yo trate de explicar este mito, a mucha gente le entrará por un oído y le saldrá por el otro, especialmente a las empresas comercializadoras de productos y servicios náuticos, sí, esos del “Inox del bueno, bueno“.
Lo que me entristece es que por mucho que yo trate de explicar este mito, a mucha gente le entrará por un oído y le saldrá por el otro, especialmente a las empresas comercializadoras de productos y servicios náuticos, sí, esos del “Inox del bueno, bueno“.